12.20.2009
12.18.2009
En el avión lloré.
Mirando por la ventana.
Escondiendo la cara tras el pelo que me corté hace un buen tiempo.
Quise que llegara lejos y me dejara en la isla de Bergman.
Pero Bergman era millonario y no le gustaba la gente.
De él en ese asiento del avión sólo tenía lo segundo.
Al lado derecho gnete que me decía que me quiere mucho.
Gente que quería que dejara de llorar.
Porque en realidad no lo entienden.
No es que esté deprimida- les dije
Pero no me creyeron. Mejor aún, lo resolvieron imaginando que pronto iría al baño a cambiar la toalla higiénica.
Pero cómo les explico que en realidad todo me está sobrecogiendo.
La emoción anda corriendo y alimentando mi facia.respiro.
Sí, es cierto. También me pasa la cuenta.
Y entonces me da miedo.
La descompensación.
Porque el otro día me desmayé.
Me encontró la Dani botada en el baño.
Celebraba mi cumpleaños. En secreto.
Me senté a hacer pipí y luego
no recuerdo nada.
Solo que vi una cara al despertar, pero no sabía quién era ella, ni
quién era yo, ni donde estaba, ni que pasaba, ni nada, nada.
Entonces respiré y pensé: perdí la memoria y he muerto.
/
Estuve así unos 15 segundos.
/
Sin exhalar para que no se me escapara lo último de mi que se quedaba
/
Cuando nací y no podía respirar tuve la misma sensación.
Así de conectada con el otro mundo.
_____
El ser terrenal responsable que me forcé a ser me consume en ese avión, y me dice que pare de llorar.
Pero no sé.
Me acuerdo de un personaje de una película alemana que lloraba sin que tuviera pena. Sólo tenía un problema en sus glándulas y no podía dejar de hacerlo. Como salivar.
Como respirar. Como exhalar.
Pienso -mientras escucho que me dicen "tranquila. todo va a estar bien" (o quizás sólo deseo que me digan eso)- que en realidad lo que necesito es que se apague el televisor que toma corriente de mis neuronas.
Quizás por eso se me agota la pila y me voy al suelo.
Estaré entre el autismo y la vigilia forzada mucho rato más, mamá?
Los ojos abiertos son un esfuerzo.
Me aprovecho e imagino la isla de Bergman.
Y despertar alguna zona de mi hipotálamo que me lleve a algún estado de contacto.
Mirando por la ventana.
Escondiendo la cara tras el pelo que me corté hace un buen tiempo.
Quise que llegara lejos y me dejara en la isla de Bergman.
Pero Bergman era millonario y no le gustaba la gente.
De él en ese asiento del avión sólo tenía lo segundo.
Al lado derecho gnete que me decía que me quiere mucho.
Gente que quería que dejara de llorar.
Porque en realidad no lo entienden.
No es que esté deprimida- les dije
Pero no me creyeron. Mejor aún, lo resolvieron imaginando que pronto iría al baño a cambiar la toalla higiénica.
Pero cómo les explico que en realidad todo me está sobrecogiendo.
La emoción anda corriendo y alimentando mi facia.respiro.
Sí, es cierto. También me pasa la cuenta.
Y entonces me da miedo.
La descompensación.
Porque el otro día me desmayé.
Me encontró la Dani botada en el baño.
Celebraba mi cumpleaños. En secreto.
Me senté a hacer pipí y luego
no recuerdo nada.
Solo que vi una cara al despertar, pero no sabía quién era ella, ni
quién era yo, ni donde estaba, ni que pasaba, ni nada, nada.
Entonces respiré y pensé: perdí la memoria y he muerto.
/
Estuve así unos 15 segundos.
/
Sin exhalar para que no se me escapara lo último de mi que se quedaba
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Cuando nací y no podía respirar tuve la misma sensación.
Así de conectada con el otro mundo.
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El ser terrenal responsable que me forcé a ser me consume en ese avión, y me dice que pare de llorar.
Pero no sé.
Me acuerdo de un personaje de una película alemana que lloraba sin que tuviera pena. Sólo tenía un problema en sus glándulas y no podía dejar de hacerlo. Como salivar.
Como respirar. Como exhalar.
Pienso -mientras escucho que me dicen "tranquila. todo va a estar bien" (o quizás sólo deseo que me digan eso)- que en realidad lo que necesito es que se apague el televisor que toma corriente de mis neuronas.
Quizás por eso se me agota la pila y me voy al suelo.
Estaré entre el autismo y la vigilia forzada mucho rato más, mamá?
Los ojos abiertos son un esfuerzo.
Me aprovecho e imagino la isla de Bergman.
Y despertar alguna zona de mi hipotálamo que me lleve a algún estado de contacto.
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