3.30.2008

como en las películas de no-ficción


Amanece a las 7.
Sol.
Tengo los ojos abiertos, como el personaje de Apocalypsis Now.
Siento que no he dormido nada.
Mi cabeza no ha dejado de funcionar ni un sólo minuto en más de una semana.
Mi cuerpo me dice sí. He logrado descansar.
(Maldito descanso que ahora debo gastar)

No como, ni duermo profundo.
Todo quiere ser rápido.
Excepto los fluidos de los ojos,
que necesito y se me niegan.

Ayer empecé a montar el cortometraje en medio de la locura.
Me lo advirtió el gemelo afiebrado que ama y protege.
Me dolían las imágenes.
Cada plano.
Nunca antes.
Entiendo.
Creo lo que necesito para seguir con los ojos abiertos.

Escena 1 del corto: Jesusa frente a la ventana sola. Aceptando lo que venga, como si esperara los dolores que la fortalecen. Como los poetas malditos que al final mueren por una causa que a nadie le importa realmente.
Un amigo recuerda siempre un desquicio que le regalé: "todo es un posibilidad. Y es buena, si llega hasta el final. Tú eliges cada día"

Recuerdo la primera vez que me dejaron caminar sola hacia la cumbre de la cordillera.
Recuerdo cuando mis padres me dejaron mirar el vacío pleno sin su bullicio.
A miles de metros de altura pude haber saltado, sentir que el viento atravesaba mis costillas y me limpiaba.
Siempre pude... Pero no.

Una vez hace tiempo.
Leo un cuento de alguien a quien amé sobre una piedra misteriosa.
Si mirabas en su interior: bienvenido a la locura.
Ahora me hace más sentido.

Me obsesiono con algunos dobleces.
Quién camina allá?, Por que lo hace así?, las plantas se aburrirán de estar detenidas?, La luz amarilla sonríe?, volaré?

Escena 2: Una chica se quita la piel de su rostro frente a cámara. Vacío en Blanco y negro. Primera persona.

Y luego despierto en algún lugar al que no pensé llegar.
Nunca me había conmovido con una persona de la que sólo conozco el nombre y algo de lo que mira.
Nunca antes sentí ganas de llorar de emoción al ver la piedra de un desconocido.
Más desnudo que todos.
Cubierto sólo por carne.
Ya no más piel.
(Nadie se atreve, y temo quitarme la mía.)
Intento tranquilizarlo, pero tiemblo.
Como si estuviera a punto perder la virginidad.
No puedo seguir abrazándolo y él me recoge. Cuando cierra los ojos me acerco a la ventana.
Nadie me ve.
Miro la luz amarilla de la mañana y me pregunto cuántas personas lloran en ese instante.
Necesito que me estallen los ojos pero ya no se cómo se hace.
(olvidé nadar)
Su cuerpo no se parece al mío, pero no caminé hasta acá para eso.
No se nada, pero no importa.
No quiero salir de ahí.
Todo me parece de una conexión absoluta.
Lo puedo ver a mi espalda, porque lo conocí antes de que llegara.
Lloro bajo el agua con los ojos cerrados e imagino que he saltado por la ventana.

Y sonrío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suena el teléfono, y aparece el vacío. Sabía que podía ser,
pero tenía que intentarlo. / Luego suenan los recuerdos, y duele más cada tono del llamado. Esperanza? jajaja. / Luego un mensaje: it's done. Sé lo que significa: me lleno de happinnes, pensando en el pudor, en las ganas, en lo bueno de saber de la creación de la creación. / Yo Modelo, alone, espero otra llamada, con respuesta, de que las fotos, llegarán un día, que reviva el día, de la felicidad de la foto tomada.

E