4.09.2008

Sueña en incandescente

Las calles de Antonio Varas parecen un universo naranja tibio.
(el color del desierto y del interior de las casas en invierno)

Él se carga a sí mismo en los hombros.
Abrazándose a su cuello,
temblando de infancia.

Se lleva a buscar lo que dejo guardado.
Las deudas pendientes de Ariel.
No es un monstruo, es su bendición
la que lo ilumina.
es su centro incandescente.

Nunca antes un pequeño tuvo tanto sentido en los brazos robustos de un hombre.

Sintonía fina,
El tránsito es posible sobre dos piernas.
un abrazo que crea tormenta.

Son uno
y aún no lo saben.

Se miran y se acercan a la misma frecuencia,

que suena a poesía

1 comentario:

Anónimo dijo...
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