Es posible vivir la vida como quieres,
y morir en el sueño, sin que te des cuenta.
Gracias por tu alegría y por cada minuto que compartimos.
Gracias por recibirme en tu mundo y por permitirme invitarte al mío.
Nunca supiste todo pero te llevaste tu fábula maravillosa.
Descuelgo el teléfono para llamarte,
pero olvido que ya no contestarás.
Desde ahora como todos los que se van estarás siempre.
Cuelgo el teléfono y te abrazo.
6.07.2008
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